El River Plate sudó sangre, sudor y lágrimas (al final fueron de emoción) para superar a Estudiantes (1-2) y llevarse la Supercopa Argentina, disputada a partido único en el Estadio Mario Alberto Kempes, en Córdoba. La final se le puso cuesta arriba al equipo de Martín Demichelis, que encajó un primer tanto en frío, en el minuto 3, con un tremendo cabezazo de Javier Correa que aprovechó un centro milimétrico del colombiano Edwuin Cetré. El River no se encontró hasta llegar el segundo tiempo, donde jugó convencido de darle la vuelta al marcador. Empató en el minuto 80 con un fogonazo de Pablo Solari y en el descuento llegó la locura con un golazo de Rodrigo Aliendro. Demichelis se desató, sacándose toda la presión. Por parte de Estudiantes, la desolación absoluta.
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