Las enfermedades cardiovasculares en las mujeres siguen estando poco estudiadas, mal reconocidas, mal diagnosticadas y mal tratadas. A partir de los 50 años, las mujeres experimentan un aumento progresivo de la mortalidad cardiovascular. Durante la menopausia, los problemas de sueño y la acumulación de grasa abdominal aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular. El descenso de estrógenos afecta a las arterias y al colesterol, y los síntomas depresivos durante la menopausia también se relacionan con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
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