Imaginemos que varios hermanos son llamados a una herencia por partes iguales, pero uno de ellos renuncia, sin aclarar que cede los bienes que le corresponderían a favor de otra persona. ¿A quién va su parte?
Todas estas cuestiones de las herencias suelen resultar complejas, y las respuestas varían según si existe un testamento o no.
Cuando hay un testamento, el manejo de la herencia depende de cómo esté redactado y de si el testador anticipó la posibilidad de renuncia por parte de alguno de los herederos. El testamento puede incluir términos específicos que dictan cómo se distribuirá la herencia en caso de que un heredero decida renunciar.
En el caso de que no exista un testamento, la distribución de la herencia se rige por las normas del derecho civil, y la situación se maneja de manera distinta. En este escenario, si los herederos son nombrados por ley, la renuncia de uno de ellos tiene consecuencias específicas.
Debido a la complejidad de estos procesos y las variaciones que pueden surgir según la redacción específica de un testamento o la aplicación de las leyes de herencia sin testamento, es recomendable buscar asesoramiento legal especializado. Un abogado con experiencia en derecho sucesorio puede ofrecer orientación y asegurar que la distribución de la herencia se realice conforme a la voluntad del fallecido y las disposiciones legales aplicables.
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