El pasado 14 de mayo, Joe Biden anunció un arancel del 100% a los coches eléctricos chinos y subidas de aranceles para productos clave para la tecnología. La Unión Europea está evaluando el impacto de los coches chinos en su mercado y se especula con la aprobación de posibles aranceles. Europa es un mercado que está presionando por saltar al coche eléctrico, lo que ha sido visto por China como una oportunidad para asaltar el continente.
El Gobierno chino ha promovido la producción de coches eléctricos con subvenciones y ayudas, y ahora Europa les acusa de competir mediante dumping. China está produciendo más coches eléctricos de los que su mercado puede asumir, por lo que se están lanzando a vender en Europa. En algunos informes se ha sugerido imponer un arancel del 55% en los coches eléctricos chinos para competir en igualdad de condiciones.
Alemania y Francia tienen posturas diferentes respecto a China. Francia presiona para que China encuentre más dificultades para vender en Europa y ya ha tomado medidas proteccionistas. Alemania, por su parte, tiene una dependencia más fuerte de China en el mercado del automóvil y en otras industrias. Europa depende de China para ofrecer coches eléctricos más baratos y para producirlos. Las ventas de marcas como BMW, Mercedes y Porsche en China son significativas.
La percepción es que las posibilidades de que Europa emplee medidas duras contra China son bajas debido a la dependencia de los fabricantes de automóviles alemanes del mercado chino. Sin embargo, la Unión Europea está evaluando la situación y se espera que tome medidas para proteger su mercado y evitar competencia desleal.
Imagen: Volkswagen
