Bajo el lema «Eivissa no pot més» (Ibiza no puede más), mil personas se manifestaron el pasado viernes frente a la sede del Consell insular para denunciar la masificación y saturación turística de la isla. Los asistentes exigieron medidas urgentes de decrecimiento para recuperar una isla donde todos puedan convivir, incluyendo a los visitantes.
La situación ha llevado a una pérdida constante del nivel de vida de los ibicencos. Muchos vecinos se han visto obligados a vivir en autocaravanas o abandonar la isla debido a los altos costos de vivienda. Sonia, una enfermera del Hospital Can Misses, relató que se marcha de Ibiza porque no puede asumir el coste de tener un hogar, a pesar de ganar 1.800 euros al mes en 14 pagas.
El problema afecta a todos los residentes de la isla, no solo a los trabajadores sanitarios. Los precios de alquiler y compra de viviendas se han disparado, inflados por el alquiler turístico y la disminución de oferta de alquiler a largo plazo. Según Idealista, los precios de los pisos de una habitación no bajan de los 1.200 euros, y el precio de compra del metro cuadrado se sitúa en 6.534 euros en abril de 2024.
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