Portugal ha implementado un visado de nómada digital que permite a los teletrabajadores mudarse al país si cumplen ciertos requisitos, como ganar más del salario mínimo nacional. Este visado ha atraído a muchos profesionales, pero también ha generado controversias. La llegada masiva de nómadas digitales ha encarecido la vida en ciudades como Lisboa, donde los alquileres han aumentado casi un 30% en los últimos cinco años.
El gobierno portugués, liderado por Joaquim Miranda Sarmento, busca reintroducir exenciones fiscales para atraer a más extranjeros, aunque también ha eliminado algunas exenciones para combatir la crisis de asequibilidad de la vivienda. Mientras tanto, muchos portugueses enfrentan dificultades económicas, con un 5% de la población en edad laboral pluriempleada y casi el 40% de los graduados emigrando en busca de mejores oportunidades.
El salario mínimo en Portugal es de 820 euros mensuales, y la mitad de la población gana menos de 1.000 euros al mes. En contraste, los nómadas digitales deben ganar al menos 3.280 euros al mes para obtener el visado. Esta disparidad ha generado tensiones, ya que los locales no pueden competir con los altos salarios de los extranjeros.
El gobierno ha anunciado cambios legislativos para estimular la economía y atraer a trabajadores extranjeros calificados, ofreciendo una tarifa plana del 20% sobre salarios e ingresos profesionales. Sin embargo, esta estrategia podría alejar a los jóvenes portugueses, que ya emigran en grandes números. Portugal ocupa el octavo lugar en el mundo en cuanto a tasa de emigración, con un 25% de su población viviendo en el extranjero.
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