Después de un largo día, es común quedarse dormido en el sofá en lugar de en la cama. ¿Por qué sucede esto? La presión del sueño, el ritmo circadiano y el entorno son factores que influyen en nuestra capacidad para conciliar el sueño. Además, una siesta en el sofá puede reducir la presión del sueño, lo que dificulta dormir en la cama. Los ciclos de sueño y las actividades que realizamos al levantarnos del sofá también pueden afectar nuestra capacidad para dormir en la cama. La ansiedad y la mala higiene del sueño también pueden dificultar conciliar el sueño en la cama. Para facilitar el sueño en la cama, es importante crear un entorno cómodo y tranquilo, seguir una rutina regular antes de acostarse y evitar el uso del teléfono móvil en la cama.
Imagen: CNN