¿Por Qué Comprar un Coche en Japón es un Desafío? Descubre la ITV y su Impacto

Comprar un coche en Japón puede ser un verdadero desafío. La vida media de los coches en Europa supera los diez años, mientras que en España se eleva a 14,2 años. En contraste, Japón presenta un parque móvil con una media de 8,7 años. Este fenómeno se debe a la rigurosa inspección técnica conocida como shaken, que obliga a los propietarios a renovar sus vehículos con frecuencia.

El shaken, similar a la ITV española, evalúa aspectos como frenos, suspensión y emisiones. Sin embargo, la periodicidad y el coste son muy diferentes. En Japón, los coches nuevos pasan la primera revisión a los tres años, y luego cada dos años. Los precios del shaken oscilan entre 800 y 1.600 euros, lo que representa un gasto considerable para los propietarios.

Este alto coste de mantenimiento lleva a muchos japoneses a desprenderse de sus coches antes de que cumplan los 13 años. A pesar de esto, el mercado de segunda mano en Japón es robusto, con vehículos que tienen pocos kilómetros recorridos. Muchos optan por vender sus coches o incluso desmantelarlos para exportar las piezas a otros países.

Una opción popular son los Kei Car, vehículos pequeños que ofrecen menores tasas impositivas y seguros más asequibles. Estos coches son ideales para quienes no pueden permitirse cambiar de coche con frecuencia. En resumen, la combinación de un mercado de segunda mano activo y una ITV costosa hace que la compra de un coche en Japón sea un proceso único y desafiante.

Imagen: WithAkunna

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