Las pensiones no contributivas son prestaciones económicas que garantizan ingresos mínimos y asistencia médica a personas en situación de necesidad. Estas pensiones son gestionadas por el Imserso y están destinadas a aquellos trabajadores que no han cotizado lo suficiente para acceder a una pensión pública. Los requisitos para acceder a estas prestaciones incluyen residir legalmente en España durante al menos dos años y demostrar ingresos por debajo del límite establecido. Las pensiones no contributivas se dividen en jubilación e invalidez, y su cuantía se fija en los Presupuestos Generales del Estado. Este año, las pensiones no contributivas subirán un 6,9% y las de viudedad para personas con menores a cargo aumentarán un 14,1%. Las pensiones mínimas se revalorizarán entre un 5% y un 7%, mientras que las ordinarias solo subirán un 3,8%. Los requisitos para acceder a una pensión no contributiva de jubilación incluyen residir en España durante al menos diez años, tener más de 65 años y no superar el límite de ingresos establecido. La carencia de rentas se considera cuando los ingresos personales están por debajo de los 7.250,60 euros anuales. Si el solicitante convive con familiares, los topes de ingresos pueden cambiar. Los parientes de hasta segundo grado, como padres, abuelos, hijos, nietos y hermanos, se consideran parte de la unidad económica de convivencia. Las personas que no están unidas por matrimonio o parentesco de hasta segundo grado no se integran en la unidad económica de convivencia.
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