Optimismo Hídrico en España: ¿Realidad o Ilusión ante la Sequía Persistente?

El inicio del año hidrológico en España se presenta con un optimismo inusual. Desde 2019, no se había registrado un otoño con tanta agua embalsada. En los últimos cinco meses, el país ha superado la media histórica de la última década. Muchos podrían pensar que 2024 será el “año en que se acabe la sequía”, pero esta conclusión es prematura.

Al analizar el estado de las cuencas, se observa una división hídrica en España. Las cuencas del interior, como la del País Vasco y la del Cantábrico, presentan buenos niveles de agua embalsada. Sin embargo, el mediterráneo enfrenta serios problemas. Las cuencas internas de Cataluña y las andaluzas están en niveles críticos, con el pantano del Guadalhorce alcanzando su mínimo histórico.

La situación es alarmante en el sudeste, donde la cuenca del Segura muestra los peores datos, con apenas un 16,67% de agua embalsada. Almería, con un 8,04%, es la provincia más afectada. Este déficit hídrico no es solo un problema momentáneo, sino parte de un proceso de degradación ecológica que amenaza con expandir las zonas desertificadas en el litoral mediterráneo en las próximas décadas.

A pesar de los datos agregados positivos, no está claro si hemos superado la sequía que ha marcado la última década. La situación dependerá del otoño, que históricamente ha sido húmedo, y de las condiciones climáticas de 2025. La influencia de fenómenos como El Niño y La Niña también jugará un papel crucial en el futuro hídrico de España.

Imagen: Rechanfle

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