En España, las olas de calor son un fenómeno habitual durante el verano, lo que obliga a extremar las precauciones en entornos laborales. La normativa sobre prevención de riesgos laborales establece que las empresas deben proteger a sus empleados de los riesgos para la salud que conlleva trabajar en condiciones de altas temperaturas. Sin embargo, en un restaurante de comida rápida en Cambrils, Tarragona, 11 empleados fueron atendidos por síntomas de golpe de calor debido a fallos en el sistema de climatización.
Los trabajadores del Burger King denunciaron que la zona de cocinado alcanzó temperaturas de hasta 42 grados. Esto provocó mareos, visión borrosa y náuseas entre los empleados, incluyendo a la gerente del local. A pesar de las alertas sobre el mal funcionamiento del aire acondicionado, la empresa solo instaló unidades de refrigeración autónomas que no solucionaron el problema.
Ante la falta de medidas efectivas, los empleados decidieron paralizar la actividad del restaurante, lo que llevó a la intervención de los Mossos d’Esquadra y a la denuncia ante la Inspección de Trabajo. Finalmente, el restaurante cerró para instalar un nuevo sistema de climatización y los empleados fueron reubicados en otros establecimientos de la cadena.
La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, reforzada por el Real Decreto-ley 4/2023, establece que las empresas deben garantizar la integridad física de sus trabajadores. En caso de incumplimiento, la Inspección de Trabajo puede imponer sanciones que oscilan entre 2.451 y 983.736 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción.