Ochenta años han pasado desde el Día D, pero su recuerdo sigue muy presente en las playas de Normandía. Más allá de la memoria, el desembarco de las tropas aliadas en junio de 1944 mantiene una huella palpable en sus arenales. Un grupo de geólogos descubrió que el 4% de la arena en la playa de Omaha contiene restos de metralla. Este hallazgo fue realizado por los profesores de Geología Earle McBride y Dane Picard en 1988, quienes recogieron una muestra de arena durante un estudio de campo.
Al analizar la muestra bajo un microscopio, McBride encontró minúsculos fragmentos de metal, algunos de los cuales no superaban los 0,06 mm. Estos restos, erosionados por las olas y el tiempo, son vestigios del desembarco de Normandía. Además de la metralla, también se encontraron cuentas de hierro y vidrio resultantes del intenso calor de las explosiones.
El estudio, publicado en la revista The Sedimentary Record, revela que los metales representan el 4% de la arena en Omaha Beach. Aunque la corrosión podría destruir estos fragmentos en un siglo, la huella del Día D sigue siendo visible. Este descubrimiento no solo constata la presencia de metralla décadas después, sino que también ofrece una idea precisa de su proporción en la arena.
La playa de Omaha fue uno de los principales puntos de desembarco del Día D, junto con Utah, Sword, Gold y Juno. Aunque los restos de metralla podrían resistir la erosión durante milenios, la oxidación y las tormentas eventualmente los eliminarán. Sin embargo, los monumentos y la memoria del desembarco aliado perdurarán.
Imagen: Person-with-No Name (Flickr)