La apuesta a última hora por el coche eléctrico está afectando gravemente a Northvolt, el fabricante europeo de baterías. Esta empresa, que contaba con el respaldo de gigantes como Volkswagen y BMW, se enfrenta a una crisis significativa. Northvolt, que prometía reducir la dependencia de Europa de China en el suministro de baterías, ha anunciado el despido de 1.600 empleados de una plantilla de casi 6.000. Esto representa uno de cada cuatro trabajadores.
Las pérdidas y retrasos en la producción se acumulan, con una capacidad de producción que apenas alcanza 1 GWh. Northvolt había planeado controlar toda la cadena de valor de las baterías, desde la fabricación del cátodo hasta el reciclado. Sin embargo, ha decidido congelar el proyecto de fabricación de cátodos y vender el terreno adquirido para esta actividad.
La planta principal de Skelleftea, que iba a tener una capacidad total de 60 GWh en 2030, enfrenta dificultades para aumentar la producción. A pesar de haber levantado 15.000 millones de euros de inversores, Northvolt se encuentra en una fase temprana de aprendizaje en la fabricación de celdas y baterías. Esto ha llevado a que algunos clientes, como BMW, busquen otros proveedores debido a la incapacidad de Northvolt para cumplir con los estándares de calidad y cantidad requeridos.
La situación es crítica, ya que la financiación adicional se vuelve cada vez más difícil de obtener. Northvolt, que aspiraba a ser un líder en el sector, ahora enfrenta un futuro incierto. La competencia con fabricantes asiáticos, que cuentan con décadas de experiencia, complica aún más su situación. La caída de Northvolt representa un duro golpe para la industria europea de baterías y su ambición de independencia tecnológica.
Imagen: Motorpasión