La reciente confirmación de Moody’s sobre la calificación crediticia de España en ‘Baa1’ con una perspectiva mejorada de ‘estable’ a ‘positiva’ destaca el robusto equilibrio y potencial de crecimiento de la economía del país. Este optimismo se basa en la sólida gobernanza y eficacia de políticas que abordan desequilibrios macroeconómicos, incluidas reformas significativas en pensiones y el mercado laboral, lo cual ha fortalecido tanto el sector bancario como el laboral, y ha facilitado un superávit por cuenta corriente.
A su vez, S&P mantiene una visión positiva sobre la economía española, proyectando un crecimiento resiliente y diversificado, aunque observa retos políticos y de deuda pública. La inversión pública y privada se verá respaldada por sustanciales fondos de la Unión Europea, sumando un total de 163.000 millones de euros del Fondo de Recuperación y Resiliencia, equivalente al 11% del PIB de 2023, lo que refleja la solidez institucional y económica del país. Sin embargo, se subraya la necesidad de abordar desafíos estructurales como el envejecimiento poblacional y la carga de deuda. La posición de España, alineada con una moderada exposición a riesgos geopolíticos, junto a las estrategias de recuperación y crecimiento, pinta un futuro prometedor para su economía.
Imagen: Mike Segar