Los Juegos Olímpicos representan el pináculo de las carreras de muchos atletas, ofreciendo la oportunidad de actuar en el escenario mundial y grabar sus nombres en la historia. Sin embargo, a diferencia de otros deportes profesionales, la recompensa financiera no siempre ha sido un premio otorgado a los atletas olímpicos. En los primeros Juegos Olímpicos modernos de 1896, los ganadores recibieron una rama de olivo y una medalla de plata. No fue hasta los Juegos de Verano de 1904 en St. Louis que se introdujeron las tradicionales medallas de oro, plata y bronce.
En los Juegos de París 2024, las medallas contendrán una pieza original de la Torre Eiffel, un emblema de la capital francesa. Aunque recibir una medalla olímpica no conlleva una bonificación financiera directa del Comité Olímpico Internacional (COI), el organismo redistribuye el 90% de sus ingresos para ayudar al desarrollo del deporte y de sus atletas. World Athletics (WA) anunció que los medallistas de oro en pruebas de pista en París 2024 recibirán premios en metálico, convirtiéndose en el primer organismo rector del deporte internacional en hacerlo.
El COI se centra en distribuir sus fondos para promover el desarrollo de los deportes en todo el mundo, dejando a los Comités Olímpicos Nacionales (CON) y a las Federaciones Internacionales (FI) la tarea de decidir cómo incentivar a sus atletas. En los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Beijing, los atletas estadounidenses recibieron un total de US$ 5,6 millones en pagos por sus medallas a través de la “Operación Oro”. Mientras tanto, el proceso de recibir dinero a través de patrocinios favorece en gran medida a los atletas superestrellas, dejando a muchos participantes olímpicos menos conocidos a financiar su camino.
Imagen: CNN