Worldcoin escanea el iris de los usuarios a cambio de criptomonedas, pero surgen preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los datos biométricos. La empresa asegura que la imagen del iris se convierte en un hash y se descarta de inmediato, pero queda la incógnita de qué ocurriría si un atacante se hiciera con el control de los orbes. Además, Worldcoin combina el hash con información personal del usuario, como su número de teléfono móvil, lo que plantea el riesgo de suplantación de identidad. La empresa también admite que los orbes pueden dar falsos positivos y que tanto los tokens como el servicio pueden sufrir ataques y robos. Aunque Worldcoin afirma maximizar la seguridad y cumplir con las regulaciones de privacidad, existen riesgos que la empresa no asume y deja a los usuarios decidir si vale la pena enfrentarlos a cambio del pago obtenido.