Los escarabajos tigre han desarrollado una estrategia de camuflaje sonoro para protegerse de los murciélagos, sus principales depredadores. Emiten un sonido similar al de una polilla tóxica para engañar a los murciélagos y evitar ser consumidos.
Un equipo de investigadores ha comprobado que los escarabajos emiten su sonido en respuesta a la presencia de los murciélagos. Al oír el sonido de ataque de los murciélagos, los escarabajos mueven sus alas generando un sonido de respuesta.
La hipótesis de los investigadores es que los escarabajos utilizan el aposemitismo sonoro para enviar una señal de peligro a los murciélagos. Aunque los escarabajos no son tóxicos ni nocivos, imitan el sonido de polillas tóxicas para engañar a los murciélagos y evitar ser consumidos.
Esta estrategia de camuflaje sonoro es una forma de interferir en el sistema de ecolocalización de los murciélagos. Los escarabajos imitan el sonido de otro insecto para confundir a los murciélagos y evitar convertirse en su presa.
Esta investigación demuestra cómo los murciélagos y los insectos han estado involucrados en una carrera armamentística evolutiva durante milenios. Los murciélagos cambian la frecuencia de su ecolocalización y los insectos, como las polillas, amplían sus rangos de audición para detectar a los murciélagos.
En resumen, los escarabajos tigre utilizan el aposemitismo sonoro para camuflarse y evitar ser consumidos por los murciélagos. Emiten un sonido similar al de una polilla tóxica para engañar a los murciélagos y evitar convertirse en su presa. Esta estrategia demuestra la complejidad de las interacciones entre los murciélagos y los insectos en la naturaleza.