Recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad de Tecnología de Xi’an ha demostrado que los desiertos pueden ser el ambiente ideal para instalar paneles solares. Estas instalaciones fotovoltaicas no solo generan grandes cantidades de energía limpia, sino que también mejoran el ecosistema local.
El estudio se centró en el Parque Fotovoltaico Gonghe de Qinghai, una instalación de 1 GW en el desierto árido de Talatan. Los científicos utilizaron el modelo «Conducción-Presión-Estado-Impacto-Respuesta» (DPSIR) para medir los efectos ecológicos y ambientales. Evaluaron 57 indicadores y aplicaron el método de la entropía para ponderar cada uno, priorizando aquellos con menor variabilidad.
Los resultados fueron contundentes. El área dentro del parque solar obtuvo una puntuación de 0,4393, calificada como «general», mientras que las zonas de transición y externas fueron calificadas como «pobres». Esto indica que el desarrollo fotovoltaico ha mejorado el microclima, las propiedades del suelo y la diversidad de plantas y microorganismos en el área.
Los investigadores concluyen que la instalación de paneles solares ha modificado la distribución de energía en la superficie del desierto, creando condiciones más favorables para la vegetación y la vida microbiana. Además, proponen monitorizar a largo plazo los efectos ecológicos de estas instalaciones para maximizar sus beneficios y minimizar impactos negativos.
A medida que la demanda de energía renovable crece, entender cómo las grandes instalaciones afectan a los ecosistemas locales será crucial para identificar los lugares idóneos para su construcción.
Imagen: Xataka
