El precio de los coches eléctricos sigue siendo un obstáculo para los consumidores, y hay costes ocultos que pueden pasar desapercibidos. Recientemente, un escocés recibió una factura de más de 19.000 euros por reparar su Tesla después de que la lluvia dañara la batería.
Aunque los créditos fiscales del Gobierno pueden ayudar en la compra inicial, los coches eléctricos siguen siendo más caros que los de gasolina debido a los altos costes de fabricación.
Las baterías de los coches eléctricos son costosas de reparar y sustituir. Un estudio reveló que el 1,5% de los conductores de coches eléctricos necesitaba cambiar la batería, con un coste que oscila entre 5.000 y 20.000 dólares.
Los seguros también son más caros para los coches eléctricos debido a la facilidad con la que las compañías de seguros dan por perdido el coche.
Además, los precios de la electricidad pueden variar mucho según el estado y la época del año, y existen otros costes asociados a la carga de los coches eléctricos.
Otro problema es la vida útil de las baterías de los vehículos eléctricos, que es desconocida. Esto afecta al valor de reventa y preocupa a quienes consideran comprar un coche eléctrico de segunda mano.
Como resultado, muchos propietarios de coches eléctricos están volviendo a los coches de gasolina. A pesar de los beneficios medioambientales, los costes siguen siendo un factor determinante en la elección de un coche eléctrico.
Imagen: Business Insider
