Un reciente estudio de la profesora de psicología Julie Aitken Schermer de Western University en Ontario, Canadá, ha revelado que las personas que prefieren coches ruidosos tienen más probabilidades de presentar rasgos psicópatas y sádicos. Este hallazgo podría ser útil para desarrollar campañas de prevención. Un ejemplo notable es el caso de un influencer multado con 83.000 dólares por tener un Dodge Charger Hellcat demasiado ruidoso.
El estudio, titulado ‘El deseo de un coche ruidoso con silenciador modificado se predice por ser hombre y por puntuaciones más altas en psicopatía y sadismo’, encuestó a 529 estudiantes universitarios de negocios. Se les preguntó si veían su automóvil como una extensión de ellos mismos, si consideraban que los coches ruidosos eran “geniales” y si modificarían sus coches para hacerlos más ruidosos. Las motos y las pick-up fueron excluidas del estudio.
Además, los participantes realizaron el test de personalidad Short Dark Tetrad (SD4), que detecta rasgos de sadismo, psicopatía, narcisismo y maquiavelismo. Los resultados mostraron que los hombres jóvenes con puntuaciones altas en psicopatía y sadismo eran más propensos a preferir coches ruidosos. Estos individuos también mostraron desprecio por los sentimientos de los demás y disfrutaban viendo cómo se sobresaltaba la gente.
La autora del estudio sugiere que los amantes de los tubos de escape ruidosos sienten un total desprecio por los sentimientos de los demás y es probable que les divierta ver cómo se sobresalta la gente. La distinción entre sadismo y psicopatía, medida por el SD4, se refiere a la proximidad del individuo con posibles víctimas, de modo que la psicopatía refleja una crueldad cercana, mientras que el sadismo incluye ver el daño a otros desde la distancia.
Imagen: Motorpasión