Un informático de Seattle descubrió que su seguro de coche subió un 21% sin razón aparente. Tras solicitar un informe de LexisNexis, se dio cuenta de que sus datos de conducción estaban siendo vendidos a compañías de seguros. Los fabricantes de automóviles recopilan información de los vehículos conectados a Internet y la venden a terceros, como LexisNexis, sin el conocimiento de los conductores. En Europa, los conductores tienen derecho a que se borren sus datos personales, pero las marcas pueden compartirlos con terceros si se ha dado consentimiento previo. El coche conectado es una oportunidad de negocio para las marcas, pero los conductores deben informarse y proteger su privacidad.
Imagen: Motorpasión