Los agricultores franceses protestan contra Macron y la UE por la crisis agraria

Los agricultores franceses han desenterrado el hacha de guerra contra Emmanuel Macron y la Unión Europea (UE) considerándose víctimas de la burocracia nacional y de la «apertura al Este» (Ucrania) de la Política agraria común (PAC) europea. Durante los últimos diez días se han multiplicado las acciones de protesta, cortes de carreteras y autopistas, bloqueo de la entrada de grandes ciudades de provincias, destrucción de radares, apagones de electricidad, en las regiones de Toulouse, Nancy, la Creuse, entre otras. Arnaud Rousseau, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Explotaciones Agrícolas (FNSEA, primera organización gremial), insiste en la gravedad del problema de fondo: «Los agricultores están viviendo una crisis muy grave. Y nadie los escucha, ni en París ni en Bruselas. Francia y Europa corren el riesgo de estar atizando un gran movimiento de cólera, nacional y continental». Véronique Le Floc’h , presidenta de la Coordinación Rural (CR, segundo sindicato gremial), anuncia el «crecimiento inexorable de la crisis», por estas razones: «Si los gobiernos no despiertan, corren el riesgo de atizar una cólera agrícola que está creciendo por todas partes, en Francia y Europa». Como Alemania, desde hace días, los agricultores franceses denuncian una fiscalidad que consideran «devastadora», unas burocracias «lamentables» y una PAC que está abriéndose al Este de Europa, comenzando por Ucrania, creando problemas de nuevo cuño en los beneficiarios históricos de la PAC, comenzando por los agricultores franceses. Emmanuel Macron ha pedido a su gobierno y los prefectos (representantes del Estado en los departamentos y regiones) intervenciones de urgencia para «escuchar» las peticiones de los agricultores, que amenazan con multiplicar las acciones de protesta y convocar una gran manifestación nacional la semana que viene. La crisis y tensiones de la PAC, en otros países europeos, comenzando por Alemania, Polonia, Holanda y Rumanía, tiene causas comunes con matices propios. En el caso de Francia (68 millones de habitantes), los 400.000 agricultores / propietarios, están viviendo una transición traumática. En 1982 eran 1,6 millones. Los grandes propietarios han ganado posiciones. Los propietarios más modestos sufren de una precariedad considerable. Según las estadísticas oficiales, más de 11.000 explotaciones viven de un seguro del que se benefician los franceses sin ingresos; y otros 40.000 están acogidos al salario mínimo (unos 1.400 euros netos). Durante los últimos años, un agricultor francés se suicida cada dos días. Unos 180 suicidios por año. Hay una agricultura rica y bien implantada en el mercado mundial. Francia es el segundo exportador mundial de productos agrarios manufacturados. Pero esa evolución, muy positiva, ha dejado en la cuneta a los pequeños y más modestos agricultores, los principales protagonistas de la crisis y movimiento de protesta. Véronique Le Floc’h, presidenta de la CR subraya el riesgo de agravación de la crisis: «El silencio del gobierno y la clase política pueden complicar la crisis, porque sectores como la pesca, o la construcción, viven problemas parecidos. Y todo se complicará cuando las crisis terminen cruzándose». La extrema derecha, por su parte, se propone utilizar la crisis agraria como ariete político contra Macron y la UE, durante la campaña de las elecciones europeas del mes de junio próximo. «Nosotros, como siempre, estamos con nuestros obreros y nuestros agricultores», ha declarado Marine Le Pen, agregando: «Apoyamos a nuestros agricultores, abandonados por Macron y masacrados por los tratados ultraliberales de la Unión Europea».

Imagen | AFP

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