El láser de diodo se está convirtiendo en una herramienta eficaz para tratar problemas genitourinarios en mujeres. Este tratamiento no invasivo permite la regeneración y mejora funcional de la zona vulvovaginal, aliviando afecciones como el síndrome genitourinario de la menopausia, la sequedad vaginal, la incontinencia urinaria y el dolor durante las relaciones sexuales.
El láser de diodo es versátil, ya que se pueden utilizar cabezales de distintos tamaños para tratar diferentes patologías. Entre los problemas que se pueden tratar con este láser se encuentran la atrofia vulvovaginal, el liquen escleroatrófico, el picor y las molestias vaginales, la hiperlaxitud vaginal, los condilomas y verrugas causados por el VPH, y la remodelación de los labios vaginales.
El tratamiento con láser consiste en la emisión de un láser no ablativo que estimula la capa basal de la piel y la mucosa, promoviendo el crecimiento de fibroblastos y la creación de elastina y colágeno. Las sesiones de láser son indoloras y duran entre 20 y 25 minutos. Se recomienda realizar de tres a cuatro sesiones cada dos o tres semanas para obtener los mejores resultados.
El láser de diodo puede combinarse con otros tratamientos y está especialmente indicado para mujeres que sufren dolor durante las relaciones sexuales o incontinencia urinaria. Aunque popularmente se le conoce como “rejuvenecimiento vaginal”, es más preciso hablar de regeneración y mejora funcional, ya que se logra una mejor lubricación, elasticidad vaginal y una mucosa más funcional.
Si sufres de problemas genitourinarios que afectan tu calidad de vida, el láser de diodo puede ser una opción efectiva y poco invasiva para aliviar tus síntomas. Consulta a tu ginecólogo para determinar si este tratamiento es adecuado para ti y recupera tu bienestar íntimo.
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