Desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, las aerolíneas de la Unión Europea (UE) enfrentan serias dificultades. No pueden sobrevolar el espacio aéreo ruso, lo que ha llevado a trayectos más largos y costosos. Esto ha resultado en un aumento de los costes de combustible y personal, además de una reducción en la cantidad de vuelos.
En contraste, las aerolíneas chinas no han sufrido restricciones y continúan utilizando el espacio aéreo ruso. Marjan Rintel, CEO de KLM, ha expresado su preocupación y ha instado a Bruselas a actuar. Según Rintel, Europa debería analizar cómo evitar esta competencia desleal, ya sea mediante la regulación o la imposición de tarifas.
Los datos de Simple Flying indican que un vuelo de Ámsterdam a Shanghái con KLM dura 12,1 horas, mientras que la aerolínea China Eastern completa el mismo trayecto en 11,1 horas. Esta diferencia de tiempo se traduce en una ventaja competitiva significativa para las aerolíneas chinas.
En medio de este panorama, otras compañías aéreas están considerando reducir sus vuelos a China, lo que podría beneficiar aún más a las aerolíneas no europeas. British Airways ha suspendido sus vuelos entre Londres y Pekín, y Lufthansa está evaluando cambios en su ruta a la capital china.
Rintel no profundizó en cómo la UE podría mejorar la competitividad de las aerolíneas europeas, pero sugiere que se podría aplicar un precio a las tarifas de sobrevuelo para las aerolíneas chinas en el espacio aéreo europeo. Mientras tanto, el Parlamento Europeo también está discutiendo aranceles para coches eléctricos chinos, lo que añade otra capa de complejidad a la situación.
La incertidumbre persiste sobre cómo se desarrollará esta situación en el futuro, pero es evidente que las restricciones rusas están alterando el equilibrio en el sector aéreo.
