Las manzanas son una de las frutas más comunes y corrientes en los hogares. Aunque son anodinas, destacan por su función prebiótica gracias a su contenido en fibra, especialmente la pectina. Los alimentos prebióticos son nutrientes para la microbiota humana, las bacterias que conviven con nosotros y contribuyen a funciones fisiológicas. A diferencia de los probióticos, los prebióticos no aportan bacterias en sí mismos. La pectina de las manzanas ha demostrado regular la endoxemia y la inflamación en estudios con ratas, además de reducir el aumento de peso en ratas obesas. También se ha relacionado el consumo de manzanas con una mejor salud cardiaca. Además de su función prebiótica, las manzanas son una fuente de potasio y vitamina C. Su temporada es de agosto a octubre, pero se pueden conservar fácilmente. Su versatilidad y facilidad de consumo hacen que sean una opción popular para un tentempié saludable.
Imagen: Priscilla Du Preez