La volatilidad del petróleo no es un fenómeno nuevo, con fluctuaciones desde la crisis de los años 70 hasta la caída de precios en 2014. Los operadores han aprendido a lidiar con variables impredecibles como desastres naturales y tensiones geopolíticas. Sin embargo, un actor que solía ser un motor estable de la demanda, China, ha generado incertidumbre en el mercado.
En el primer semestre de 2024, el petróleo experimentó una baja, pero a partir del 30 de septiembre, el precio del barril de Brent repuntó hasta alcanzar los 81,15 dólares. Sin embargo, en días recientes, el precio ha vuelto a descender debido a la falta de estímulos adicionales por parte de China. La situación se complica con el aprovisionamiento de Estados Unidos en sus Reservas Estratégicas de Petróleo y la apuesta de Rusia por el crudo a pesar de las sanciones occidentales.
Los mercados esperaban un anuncio de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (CNRD) de China, pero este se centró en delinear políticas generales sin ofrecer detalles específicos sobre estímulos fiscales. Aunque se anunciaron medidas para atraer inversiones extranjeras, los analistas consideraron que estas no fueron suficientes, lo que generó decepción en los mercados. La caída del 9,4% en las acciones de Hong Kong refleja esta frustración.
Los estímulos económicos son cruciales para aumentar la demanda de energía. En el pasado, los paquetes económicos de China, como los de 2008 y 2015, estabilizaron los precios del petróleo al aumentar la demanda de materias primas. Sin embargo, las medidas actuales sugieren una recuperación económica más lenta, lo que genera expectativas de una demanda débil de crudo y presiona los precios a la baja.
En el contexto actual, el conflicto entre Israel e Irán y el posible cierre del Estrecho de Ormuz habían hecho prever un aumento en los precios del petróleo. Sin embargo, la falta de estímulos en la economía china y la trayectoria del Huracán Milton, que no afectó las áreas petroleras del Golfo de México, han contribuido a la caída de precios. Además, el aumento en la producción de crudo en Libia ha calmado la situación en el mercado energético.
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