El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha tomado una decisión histórica al abandonar su candidatura a la reelección. Tras semanas de presión por parte de líderes del partido, legisladores y donantes, Biden anunció su retirada a través de una carta en redes sociales mientras se recuperaba de covid-19 en su casa de playa en Delaware. Esta decisión marca un hito en la política estadounidense, ya que nunca antes un presidente había abandonado una carrera por la reelección tan cerca del día de las elecciones.
El detonante de esta decisión fue el debate de CNN del 27 de junio en Atlanta, donde la actuación de Biden fue ampliamente criticada. A pesar de sus esfuerzos por calmar los temores de los demócratas, la percepción de que su edad y salud eran un lastre para la candidatura se hizo insuperable. Durante las tres semanas posteriores al debate, Biden se atrincheró en Delaware, consultando a su círculo íntimo y analizando encuestas que mostraban un camino cada vez más difícil hacia la victoria.
Finalmente, el domingo por la tarde, Biden anunció su retirada y respaldó a su vicepresidenta, Kamala Harris, como la nueva candidata demócrata. Esta decisión busca cohesionar rápidamente al partido y dejar atrás el caos generado desde el debate. Sin embargo, es una apuesta de alto riesgo, ya que se produce a solo 107 días de las elecciones y en un momento en que Trump está en su punto más fuerte de la campaña.
La salida de Biden ha generado una serie de reacciones tanto dentro como fuera del partido. Líderes demócratas como Nancy Pelosi y Chuck Schumer habían expresado en privado su preocupación por la viabilidad de la campaña de Biden. Además, los donantes también mostraron su descontento, congelando contribuciones hasta que se tomaran medidas más enérgicas. La decisión de Biden de retirarse ha reactivado el flujo de donaciones, con muchos donantes dispuestos a apoyar a Harris.
En resumen, la retirada de Biden de la carrera presidencial es un evento sin precedentes que ha sacudido la política estadounidense. La decisión, tomada en un momento crítico, busca dar un nuevo impulso a la campaña demócrata con Kamala Harris al frente. Queda por ver cómo se desarrollarán los próximos 107 días hasta las elecciones y si esta apuesta de alto riesgo dará sus frutos.