La quiebra de Evergrande, con una deuda de 300.000 millones de dólares, ha generado preocupación en los mercados internacionales. Sin embargo, expertos como Paul Krugman creen que las consecuencias no serán tan graves como la crisis de Lehman Brothers. China ha logrado enmascarar durante años la insuficiencia del gasto de los consumidores promoviendo una burbuja inmobiliaria. Aunque el crecimiento económico de China ha disminuido, indicadores como la crisis inmobiliaria, la inflación negativa y el alto desempleo juvenil generan escepticismo. A pesar de la importancia de China como socio comercial de España, los expertos consideran que el riesgo de contagio es mínimo debido a la forma en que China ha financiado su deuda internamente. A diferencia de España en 2008, China tiene más capacidad para realizar ajustes internos y digerir la deuda. La crisis de Evergrande ha sumido a China en tasas de crecimiento más moderadas. La historia de la quiebra de Evergrande se remonta a 2021, cuando la constructora comenzó a tener problemas financieros. Después de intentos infructuosos por salvar el negocio, Evergrande se declaró insolvente en 2023. Ahora queda por ver cómo afectará esta crisis a la economía europea y española.
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