La red eléctrica está comenzando a resentirse no solo por la electrificación de los coches, sino también por la creciente demanda de inteligencia artificial. Elon Musk, líder de Tesla y otros emprendimientos tecnológicos, ha advertido sobre una inminente sequía de electricidad debido a la falta de transformadores. Según Musk, la computación de la inteligencia artificial en la nube está aumentando a un ritmo insostenible, lo que podría llevar a una crisis en la red eléctrica.
En la convención Bosch Connected World, Musk explicó que la fiebre de chips es mayor que cualquier fiebre del oro y que las limitaciones en el cálculo de la IA son muy predecibles. Hace un año, la escasez era de chips, pero ahora se prevé una escasez de transformadores reductores de voltaje. Estos transformadores son esenciales para reducir la alta tensión de la red eléctrica a niveles utilizables por los chips de IA.
La próxima sequía no será de agua, sino de electricidad, ya que la red eléctrica no tendrá suficientes transformadores para alimentar todos los chips que entrenan y ejecutan los modelos de inteligencia artificial en los centros de datos. La inferencia de IA consume 33 veces más energía que una consulta a un algoritmo tradicional, lo que agrava aún más la situación.
Si se supera la crisis de transformadores, el siguiente desafío será el crecimiento exponencial de la demanda de electricidad. La inteligencia artificial, junto con los coches eléctricos y la climatización, tensionará aún más la red eléctrica. La Agencia Internacional de la Energía predice que la demanda mundial de electricidad de los centros de datos se duplicará para 2026. Para enfrentar esta crisis, algunos proponen acelerar la instalación de paneles solares, mientras que otros, como Sam Altman de OpenAI y Microsoft, apuestan por la energía nuclear.
Imagen: Nvidia, Trevor Cokley