Los microplásticos están presentes en el cuerpo humano, fluyendo por la sangre y encontrándose en los pulmones, intestinos y vejiga. Se ha constatado su presencia en análisis de sangre y orina, aunque no se ha determinado la cantidad exacta. La contaminación plástica está presente en el agua y los alimentos, y se ha demostrado que la vía respiratoria también puede ser una entrada. Estudios han encontrado trazas de plástico en muestras de sangre, incluso en recién nacidos. Aunque aún se desconocen las consecuencias para la salud, se sabe que los microplásticos pueden actuar como falsas hormonas y perturbar el sistema endocrino, lo que podría ser una causa de infertilidad. Además, la presencia de plástico en el cuerpo puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la severidad de infecciones. La contaminación plástica es un problema ambiental y de salud pública, y se pueden tomar acciones cotidianas para limitar su impacto, como evitar poner alimentos calientes en contacto con superficies plásticas.
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