El despliegue tecnológico chino en el sector automotriz ha generado preocupación en Estados Unidos. El presidente Joe Biden ha ordenado una investigación sobre los riesgos para la seguridad nacional que plantea la tecnología china en los vehículos. Se teme que los vehículos conectados recopilen datos confidenciales y puedan ser controlados de forma remota. Washington busca reducir la dependencia del sector automotor estadounidense de China y proteger su seguridad nacional. La Comisión Europea también ha lanzado una investigación sobre posibles prácticas desleales en el mercado de vehículos eléctricos chinos. Las marcas chinas están tomando medidas para evitar aranceles, como la creación de fábricas en Europa. Según un estudio, se espera que las marcas asiáticas ocupen más del 50% del mercado mundial de automóviles para 2030.
Imagen: F. P.
