Este año, la parroquia de Priegue, en Nigrán, ha decidido no celebrar las fiestas de Buen Jesús con fuegos artificiales. Esta decisión ha generado un amplio debate sobre la pirotecnia y sus efectos en la población y los animales. A pesar de ser una tradición arraigada, la comisión de fiestas ha optado por prescindir de los fuegos por respeto a quienes sufren con el ruido.
La decisión se basa en la preocupación por el impacto sonoro que los fuegos artificiales generan en personas con autismo, en mayores y en mascotas. En lugar de los tradicionales fuegos, se ofrecerá un espectáculo lumínico de bajo impacto sonoro, buscando una celebración más amable y respetuosa con el entorno.
Este cambio en Priegue no es un caso aislado. Otras localidades, como San Fernando en Cádiz y Coria del Río en Sevilla, también han renunciado a la pirotecnia por motivos similares. En Mallorca, incluso se realizó una consulta popular para decidir sobre el uso de fuegos artificiales, donde la mayoría optó por eliminarlos.
El debate sobre la pirotecnia no se limita a España. En Suiza, se ha impulsado una iniciativa para limitar su uso, respaldada por organizaciones como Greenpeace. En Argentina y otros países, también se han llevado a cabo campañas para frenar el uso de fuegos artificiales, evidenciando una tendencia global hacia alternativas más silenciosas.
La decisión de Priegue refleja un cambio en la percepción social sobre la pirotecnia y su impacto, abriendo la puerta a nuevas formas de celebración que respeten a todos los miembros de la comunidad.
Imagen: Contando Estrelas (Flickr) y Jack Patrick (Unsplash)