El Ministerio de Trabajo propone modificaciones en el Estatuto de los Trabajadores para ajustarlo a la directiva europea sobre condiciones laborales transparentes y previsibles. Sin embargo, una grieta legal deja una vía para que las empresas puedan despedir a los empleados que se nieguen a modificar su jornada. La propuesta busca proteger al empleado frente a cambios unilaterales en el trabajo, obligando a las empresas a comunicar aspectos esenciales del contrato con antelación. Aunque la propuesta prohíbe el despido por negarse a cambios en la jornada, las empresas podrían despedir por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. Si no hay acuerdo, el contrato puede rescindirse con indemnización. La reforma deja una considerable grieta por la que hace aguas.
Imagen: Flickr (La Moncloa)