En Hong Kong, la nueva ley de seguridad nacional ha entrado en vigor, lo que ha llevado a un aumento en la vigilancia y la denuncia por parte de los ciudadanos. La ley prohíbe cualquier acto de traición, secesión, sedición y subversión contra el Gobierno central, así como el robo de secretos de Estado. Además, se prohíbe la participación de organizaciones políticas extranjeras en la Región y se restringen las libertades civiles. Desde la aprobación de la ley, se han producido numerosas detenciones y se han disuelto partidos y organizaciones que reclamaban democracia. Los ciudadanos temen por la pérdida de sus libertades y muchos han decidido emigrar. La ley ha cambiado por completo el panorama político y social de Hong Kong, convirtiéndola en una ciudad bajo un régimen autoritario.
Imagen: PABLO M. DÍEZ