Las tierras raras son un recurso muy apreciado por los países más industrializados. Este peculiar grupo de elementos químicos incluye metales como el neodimio, el prometio, el gadolinio, el itrio y el escandio. Aunque son relativamente escasos y no se encuentran de forma pura en la naturaleza, sus propiedades fisicoquímicas los hacen indispensables en numerosas industrias, especialmente en la electrónica y las energías renovables.
Estos elementos son cruciales en la fabricación de motores de coches híbridos y eléctricos, baterías, catalizadores, láseres, fibra óptica, paneles LCD y aerogeneradores. Sin embargo, China domina la industria de las tierras raras, produciendo más del 90% de este recurso. Recientemente, el Gobierno chino ha restringido la exportación de algunas tecnologías de procesado de tierras raras, defendiendo sus intereses estratégicos en plena confrontación con EEUU, Europa y sus aliados.
En respuesta, países como EEUU, Europa, Japón y Australia buscan reducir su dependencia de China. Una estrategia es reemplazar las tierras raras por otras materias primas, aunque esto requiere una inversión significativa en I+D. Por ejemplo, Tesla ha anunciado que sus futuros motores eléctricos no utilizarán tierras raras.
Otra opción prometedora es el uso de la inteligencia artificial para diseñar, sintetizar y probar nuevos imanes permanentes sin tierras raras. La compañía británica Materials Nexus ha logrado diseñar, fabricar y probar un imán permanente llamado MagNex en solo tres meses, gracias a la IA. Este proceso ha sido 200 veces más rápido que los métodos tradicionales, ahorrando tiempo y recursos.
El director general de Materials Nexus, Jonathan Bean, asegura que el diseño de materiales impulsado por la IA impactará en todo el campo de la ciencia de materiales. Además, fabricar el imán MagNex cuesta solo un 20% de lo que costaría un imán convencional y reduce un 70% las emisiones de carbono derivadas del material empleado.
Imagen: GOKLuLe 盧樂