El índice de precios de consumo (IPC) en España cayó al 2,8% interanual en febrero, con una reducción de seis décimas debido al abaratamiento de la electricidad y alimentos. Según el INE, la inflación subyacente se ubicó en un 3,5%, con una disminución de una décima. El encarecimiento de los carburantes y lubricantes se compensó con la caída de la electricidad y algunos alimentos, manteniendo el equilibrio en la inflación general. Los precios de la vivienda y el transporte experimentaron variaciones, mientras que la reducción de la inflación en alimentos se atribuyó a la disminución de los precios de las legumbres, hortalizas frescas y otros productos como carne, pan, cereales, fruta y agua mineral. El aceite de oliva mostró la mayor subida, seguido por el transporte marítimo de pasajeros, zumos de fruta y paquetes turísticos nacionales. Por otro lado, algunos productos experimentaron descensos significativos en sus precios, como otros aceites comestibles, gas natural, equipos de telefonía móvil y ordenadores personales. El Ministerio de Economía destacó la capacidad de la economía española para equilibrar el crecimiento económico con la moderación de precios, manteniendo medidas de apoyo social para los más vulnerables.
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