El etiquetado de productos es esencial para mostrar información relevante sobre los mismos. Las etiquetas en los envases proporcionan detalles importantes que los consumidores deben conocer. Sin embargo, es común confundir el etiquetado con el embalaje. El embalaje se utiliza para atraer la atención del consumidor mediante el logotipo, colores y forma del paquete, pero lo realmente importante se encuentra en el etiquetado, que ofrece información sobre ingredientes, calorías y otros datos nutricionales.
En los últimos años, ha aumentado la popularidad de los productos saludables. La demanda de alimentos etiquetados como «saludables», «naturales» y versiones «sanas» de productos tradicionales es evidente en los supermercados. Este fenómeno refleja un cambio positivo en la actitud de los consumidores, que valoran más su salud y la nutrición.
Andrea Calderón, profesora de nutrición y dietética humana de la Universidad Europea, destaca que la población está más interesada en cuidar su salud, lo que se traduce en una mayor búsqueda de información sobre nutrición y un aumento en la compra de alimentos saludables. Sin embargo, también existe desinformación y etiquetados engañosos. Es fundamental que los consumidores aprendan a leer las etiquetas nutricionales para evitar ser engañados por la publicidad.
El etiquetado nutricional y su publicidad pueden confundir sobre qué productos son realmente saludables. Muchos consumidores no saben interpretar la lista de ingredientes y la tabla de composición nutricional. La tendencia a etiquetar productos como «naturales», «vegano», «orgánico» o «biológico» puede llevar a pensar que son más saludables, pero no siempre es así. La industria alimentaria aprovecha estas tendencias para adaptar el etiquetado a las modas nutricionales.
Para leer correctamente una etiqueta nutricional, es importante fijarse en el contenido energético, grasas totales y saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal. El orden y los porcentajes de los ingredientes también pueden guiar a la hora de comprar. Aprender a leer las etiquetas nutricionales es clave para tomar decisiones informadas y evitar ser engañados por la publicidad.
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