En la actualidad, nos encontramos con numerosos artículos que cuestionan la salud de ciertos alimentos, como el sandwich mixto. El problema radica en que durante décadas, las recomendaciones nutricionales han sido objeto de controversia y presiones de la industria alimentaria. La pirámide nutricional, por ejemplo, se convirtió en un campo de batalla entre investigadores, gobiernos y productores. La velocidad a la que cambian las recomendaciones nutricionales ha generado un problema de credibilidad, ya que es difícil seguir el ritmo de la investigación. Además, las polémicas relacionadas con sistemas de semáforo nutricional, como NutriScore, han confundido el debate público sobre la alimentación. Ante esta situación, lo más razonable es seguir las recomendaciones generales de la OMS y ser flexibles con ellas, teniendo en cuenta que la nutrición es un campo complejo y que solo el tiempo puede definir si una recomendación es acertada o no.
Imagen: Ilya Shishikhin