Remojar las legumbres antes de cocinarlas no solo acorta el tiempo de cocción, sino que también reduce la presencia de antinutrientes como los fitatos y las saponinas. Estos compuestos naturales dificultan la absorción de minerales esenciales en nuestro organismo. El remojo previo permite que los fitatos se reduzcan, mejorando la asimilación de hierro, magnesio, potasio y fósforo. Además, ablanda la piel de las legumbres y mejora la digestión. Aunque una dieta variada y equilibrada es la mejor forma de obtener todos los nutrientes necesarios, el remojo de las legumbres es un paso importante para maximizar su valor nutricional. Consultar con un dietista-nutricionista profesional puede ayudar a resolver cualquier duda adicional.
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