El agua constituye aproximadamente el 65% del peso corporal, aunque este porcentaje disminuye con la edad. Es esencial para la formación y mantenimiento de tejidos, huesos y músculos. Una investigación publicada en la revista BMC Med concluye que existe una relación directa entre el nivel de hidratación y el funcionamiento cerebral.
Los efectos de una mala hidratación en el deterioro de la memoria son más llamativos en personas con sobrepeso o que sufren el síndrome metabólico de bajo nivel de hidratación. Estas personas beben menos de 0,5 litros al día, según el estudio.
Entre un litro y un litro y medio al día
El estudio recomienda beber entre un litro y un litro y medio de agua al día para favorecer el correcto funcionamiento cognitivo. Las personas que bebieron esta cantidad de agua presentaron mejores resultados en las pruebas neuropsicológicas a las que se sometieron.
La falta de agua no solo afecta a la memoria, también deteriora la capacidad de atención del cerebro y aumenta el tiempo de reacción.
¿Y si no tengo sed?
La sed es uno de los primeros síntomas de deshidratación, pero en algunas personas no se manifiesta o es demasiado tarde cuando sucede. Por ello, es recomendable beber agua incluso cuando no tienes sed.
Otra forma de complementar la hidratación es beber zumos, tomar caldos o purés y consumir alimentos ricos en agua como la sandía, las fresas, la lechuga o el pepino.
Imagen: Business Insider