La inteligencia artificial (IA) tiene un enorme potencial para transformar el mundo, pero también tiene un efecto colateral preocupante: su voraz consumo de energía. Según ARM, empresa líder en diseño de chips, el crecimiento exponencial de la IA requerirá una cantidad inmensa de energía para alimentar los centros de datos en todo el mundo.
Actualmente, los centros de datos consumen alrededor de 460 TWh de electricidad al año, equivalente al consumo de Alemania. Sin embargo, se estima que este consumo se triplicará para 2030, superando incluso el consumo de India, el país más poblado del mundo.
La preocupación por el consumo de energía de la IA es aún mayor que la de las criptomonedas, como Bitcoin, que siempre ha sido criticado por su alto consumo energético. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), el mercado de las criptomonedas consumió entre 100 y 150 TWh de energía en 2022, un aumento significativo en comparación con 2015.
Ante esta realidad, ARM destaca la importancia de contar con chips eficientes para satisfacer la creciente demanda de capacidad de cómputo de la IA. La empresa menciona varios ejemplos de chips de IA que utilizan CPUs ARM Neoverse, como los Graviton de AWS, los Cobalt de Azure, los Ampere Altra Max de Oracle Cloud y los Axion de Google Cloud.
ARM se posiciona como una alternativa frente a fabricantes como NVIDIA, Intel y AMD, ya que sus chips son conocidos por su eficiencia energética. Sin embargo, también se plantea la opción de utilizar energía nuclear como solución para satisfacer las necesidades de energía de la IA.
En resumen, la IA tiene una sed insaciable de energía y se espera que su consumo se multiplique en los próximos años. ARM destaca la importancia de contar con chips eficientes para abordar este desafío, mientras que también se plantea la opción de utilizar energía nuclear como solución. El futuro de la IA dependerá en gran medida de cómo se aborde este problema energético.
Imagen: Stefan_fundscene con Midjourney