En la década de 1980, Bob Cook, propietario de Sun Remarketing, se convirtió en distribuidor de Apple y comenzó a vender Apple II. Luego, propuso a Apple vender los Apple III y Lisa que estaban quedando obsoletos. El trato fue un éxito, pero Apple decidió recuperar los Lisa y los arrojó a un vertedero. Se especula que Apple podría obtener beneficios fiscales por destruir productos obsoletos.