La ciudad de Bari, en Italia, ha adoptado la historia de San Nicolás como suya durante casi 1.000 años. Se cree que los restos del santo cristiano, conocido como el hombre que inspiró la leyenda de Santa Claus, fueron robados por marineros barineses en 1087 y trasladados a la Basílica de San Nicolás. Aunque los habitantes de Bari se muestran reticentes a aceptar la conexión entre San Nicolás y Santa Claus, las autoridades eclesiásticas locales reconocen y apoyan esta relación. San Nicolás es venerado en todo el mundo por su generosidad y se le considera un protector de las mujeres. La imagen de San Nicolás como portador de regalos es un hecho histórico, respaldado por un episodio documentado en el que arrojó bolsas de monedas de oro a tres doncellas para permitirles una boda digna. La conexión entre San Nicolás y Santa Claus se remonta al siglo XVII, cuando el santo fue exportado al Nuevo Mundo a través de los colonos neerlandeses. La imagen moderna de Santa Claus, con su traje rojo y su barriga redonda, fue popularizada por Coca-Cola en la década de 1930. Aunque algunos habitantes de Bari se resisten a la influencia consumista de Santa Claus, otros están empezando a aprovechar el vínculo navideño de la ciudad. Se organizan visitas guiadas a la Basílica de San Nicolás y al museo local, y se han creado murales y pinturas que representan al santo como un héroe del arte pop. Además, se han creado productos y souvenirs temáticos de San Nicolás, como la cerveza San Nicola y las camisetas con su imagen. Bari está orgullosa de su relación con San Nicolás y busca convertir esta conexión en un punto turístico destacado.