La historia de Raffaella Spone y los deepfakes ha dado mucho de qué hablar. Lo que comenzó como un vídeo supuestamente falso resultó ser real, lo que llevó a la detención de Spone. En este artículo, te contaremos todos los detalles de esta impactante historia.
El vídeo que desencadenó todo
Un vídeo tembloroso de una joven fumando llegó a manos de los entrenadores de Madi, una animadora de los Victory Vipers. Este vídeo, que parecía un deepfake, desencadenó una serie de eventos que afectaron la reputación de varias jóvenes.
La investigación policial
Las autoridades creían que alguien estaba utilizando tecnología para difamar a las animadoras. Otros vídeos de menores también fueron compartidos, todos ellos alterados y presentados como deepfakes. La policía finalmente rastreó la dirección IP del remitente anónimo hasta Raffaella Spone, una mujer de 50 años sin antecedentes penales.
La versión de Spone
Spone afirma que nunca había escuchado el término deepfake antes de este incidente. Según ella, todo comenzó cuando su hija Allie se unió al equipo de animadoras y Spone comenzó a preocuparse por las actividades de las jóvenes en las redes sociales. Su intención era proteger a las deportistas y evitar que sufrieran lesiones graves.
Las acusaciones y el juicio
Spone fue acusada de crear deepfakes y enfrentó cargos de acoso cibernético a menores. Su abogado siempre defendió que era imposible que ella hubiera hecho esos vídeos, ya que no tenía conocimientos técnicos en esa área. Sin embargo, la policía afirmaba que Spone había tomado una foto de las redes sociales de Madi y la había alterado.
El escándalo y las amenazas
La historia se complicó aún más cuando se descubrió que uno de los policías a cargo del caso estaba involucrado en posesión de imágenes de abuso sexual infantil. Spone también recibió amenazas de muerte por parte de sus vecinos y su reputación quedó dañada en internet.
La condena
Finalmente, Spone fue condenada por los mensajes anónimos que envió a los padres de las jóvenes. Aunque su abogado afirma que ella niega haber enviado esos mensajes, los jurados populares ya tenían una mala imagen de ella debido a las acusaciones de los deepfakes.
En resumen, la historia de Raffaella Spone y los deepfakes es un ejemplo impactante de cómo una situación puede salirse de control. Desde un vídeo supuestamente falso hasta una condena por acoso, esta historia ha dejado muchas preguntas sin respuesta y ha dejado a Spone luchando por limpiar su nombre.
Imagen: Foto de Rajiv Perera en Unsplash