La Gran Mancha Roja de Júpiter, una gigantesca tormenta anticiclónica, ha intrigado a científicos durante más de 200 años. Recientemente, un nuevo estudio ha revelado que su contracción se debe a la falta de tormentas más pequeñas que pueda absorber. Esta tormenta, que alguna vez alcanzó los 39.000 kilómetros de ancho, ahora mide apenas 14.000 kilómetros.
Investigadores de la Universidad de Yale han utilizado simulaciones numéricas para entender cómo la Gran Mancha Roja se alimenta de otras tormentas. Cuando estas tormentas más pequeñas se fusionan con la Gran Mancha, esta puede mantener su tamaño. Sin embargo, si no hay suficientes tormentas para devorar, la Gran Mancha se reduce.
El estudio también destaca que, aunque Júpiter y la Tierra tienen climas muy diferentes, los principios de la dinámica de fluidos permiten extrapolar ciertos comportamientos atmosféricos. Por ejemplo, en la Tierra, los domos de calor pueden influir en fenómenos meteorológicos, y algo similar podría estar ocurriendo en Júpiter.
Los hallazgos sugieren que la Gran Mancha Roja podría seguir disminuyendo si no se producen más tormentas en su entorno. A pesar de su impresionante tamaño, los investigadores advierten que no hay forma de detener su contracción. Sin embargo, el estudio ofrece valiosas lecciones sobre la atmósfera de Júpiter que podrían ayudar a entender mejor los eventos climáticos en la Tierra.
Imagen: Kevin Gill, NASA