La desaceleración económica en China ha impactado profundamente en la vida de los jóvenes, como Zheng Jiewen, de 23 años, quien ha visto cómo su salario se ha reducido a la mitad en un año. Este fenómeno ha llevado a muchos a optar por productos de imitación, conocidos como «pingti», en lugar de marcas de lujo como Louis Vuitton o Chanel. Según Laurel Gu, directora de Mintel, las búsquedas de estas imitaciones han aumentado significativamente entre 2022 y 2024.
La confianza del consumidor en China ha caído a niveles alarmantes, lo que ha llevado a un cambio en las preferencias de compra. Los consumidores, que solían gastar en productos de lujo, ahora buscan alternativas más asequibles. Por ejemplo, un par de leggings de Lululemon cuesta 750 yuanes, mientras que las imitaciones se pueden encontrar por tan solo 5 dólares.
Las marcas de lujo están sintiendo el impacto de esta tendencia, con LVMH reportando una caída del 10% en sus ventas en Asia. La situación económica se ha visto agravada por la alta tasa de desempleo entre los jóvenes, que alcanzó el 18,8% en agosto. A pesar de los esfuerzos del banco central para estimular el crecimiento, la confianza del consumidor sigue siendo baja.
La crisis del sector inmobiliario, que representa hasta el 30% de la economía china, ha contribuido a la pérdida de confianza y a la reducción del consumo. Los precios de las viviendas han caído casi un 30% desde 2021, lo que ha llevado a los hogares a recortar gastos y a buscar productos más económicos.
En este contexto, la economía de imitaciones se ha convertido en una solución para muchos jóvenes, que prefieren gastar en productos de calidad similar a precios más bajos. Este cambio en el comportamiento del consumidor podría tener implicaciones significativas para el futuro del mercado de lujo en China.
Imagen: CNN