La llegada de las primeras centrales eléctricas equipadas con un reactor de fusión nuclear se producirá durante la década de los 60. EUROfusion promueve el desarrollo de la energía de fusión y destaca la necesidad de nuevos materiales para lidiar con los rigores de esta tecnología. El tungsteno, con su alta resistencia al calor y su baja interacción con el combustible, se presenta como el material ideal para revestir los componentes del reactor. Sin embargo, su extrema dureza dificulta su mecanización, pero la síntesis química ofrece una solución prometedora. El proyecto IFMIF-DONES en Escúzar (Granada) busca desarrollar nuevos materiales para la energía de fusión.
Imagen: ITER