La historia del taco es fascinante y llena de curiosidades. Aunque hoy en día es considerado un manjar y ha llegado a obtener una estrella Michelin, su origen se remonta a las minas de plata en México en el siglo XVIII. En aquel entonces, los tacos eran pequeñas cargas de pólvora envueltas en papel que se utilizaban para excavar mineral.
A lo largo de los siglos, el taco fue evolucionando y se convirtió en parte de la cultura culinaria mexicana. Su desarrollo fue una combinación de tradiciones locales e influencias hispánicas, que introdujeron nuevos ingredientes como la carne de cerdo, ternera y pollo.
El taco también tuvo un impacto en Estados Unidos, donde se convirtió en comida convencional gracias a los inmigrantes mexicanos. Aunque se atribuye a Glen Bell la invención del taco como fast food en la década de 1950, investigaciones revelan que las patentes originales fueron otorgadas a restauranteros mexicanos en la década de 1940.
En México, las taquerías son un ejemplo de la riqueza cultural de cada región. La industrialización llevó a inmigrantes de todo el país a la Ciudad de México, donde cada estado y región aportaba su propia cocina. Así, la comida mexicana se convirtió en una cocina popular accesible para todos.
Hoy en día, el taco ha evolucionado y se ha convertido en un plato gourmet, con ingredientes como trufa o carne wagyu. A pesar de su transformación, el taco nunca perdió la esencia de sus orígenes y sigue siendo un símbolo de la rica cultura mexicana.