La fábrica de TSMC en Arizona se ha convertido en una pesadilla debido a la dificultad para encontrar personal cualificado. La fabricación masiva de circuitos integrados se retrasará un año, hasta 2025. Los trabajadores estadounidenses enfrentan jornadas laborales de 12 horas y turnos de fin de semana, generando conflictos con los sindicatos. Además, las diferencias culturales y la barrera idiomática han generado tensiones entre los trabajadores estadounidenses y taiwaneses. La rigidez de la compañía y la falta de obediencia y dedicación de los empleados también han contribuido al conflicto. Esta situación podría llevar a TSMC a centrarse en otros países asiáticos para su expansión, alejándose de Estados Unidos y Europa.
Imagen: TSMC