Los neutrinos son partículas extremadamente esquivas, descritas por primera vez en los años 30 por Wolfgang Pauli. Su descubrimiento experimental se produjo en los años 50. Estas partículas apenas interaccionan con la materia ordinaria, tienen una masa muy pequeña y una carga eléctrica neutra. No se ven influenciadas por la interacción nuclear fuerte ni por la fuerza electromagnética, aunque sí por la gravedad y la interacción nuclear débil. Cada segundo, varios trillones de neutrinos atraviesan la Tierra y a nosotros sin colisionar con ninguna otra partícula.
A pesar de su naturaleza esquiva, existen observatorios capaces de detectarlos, como el Super-Kamiokande en Japón. Además, el detector CMS del CERN, aunque no diseñado específicamente para neutrinos, también contribuye a su estudio. Los neutrinos estériles, una clase aún más misteriosa, son leptones de vida larga que pueden recorrer varios metros antes de desintegrarse. Su existencia es hipotética, pero muchos investigadores están en su búsqueda.
Los neutrinos estériles podrían explicar por qué la masa de los neutrinos es tan pequeña mediante el mecanismo ‘see-saw’. También podrían ayudar a entender la asimetría materia-antimateria del universo y la naturaleza de la materia oscura. El experimento BEST en Rusia ha encontrado evidencias sólidas de su existencia, observando la reacción de los neutrinos con el galio para producir germanio-71. Estos resultados respaldan la posible existencia de los neutrinos estériles y podrían ser clave para entender la materia oscura.
Imagen: Konstantin Malanchev